Shadhiliya Darqawiya Al-Alawiya

Shadhiliya Darqawiya Al-Alawiya

viernes, febrero 25, 2011

Abu al-Hasan al-Shadzili



Rifeño también, como su maestro Ibn Mashish, fue Abu al-Hasan Ali b. Abd Al-Lah al-Shadzili, el fundador de la escuela Shadziliyya a quien ésta debe su nombre. Nació en 1196, en una aldea de la región de Gomera próxima a Ceuta y Ywan. De humilde familia, asentada en un país intensamente bereberizado, era, sin embargo, de ascendencia profética. Tenía amplios conocimientos de la cultura literaria árabe y de la ortodoxia musulmana, antes de recorrer el camino sufí. Sus hagiógrafos ponderan la claridad, dulzura y elocuencia de su lenguaje, junto a la solidez y amplitud de su erudición. Siendo muy joven parece haber recibido su formación mística, bajo la dirección de dos maestros del espíritu: Abu Marwan Abd al-Malik al-Wahanisy, un íntimo de Al-Lah (waly) andalusí, originario de Ohanes (Almería) que residió en Ceuta después de hacer vida ascética en las Alpujarras, pero fue Abd al-Salam b. Mashish quien principalmente marcó la trayectoria espiritual de Abu al-Hasan. Una vez terminada su formación con él, este último maestro le aconsejó que marchase a Oriente para perfeccionar su disciplina espiritual, y a la vez difundir allí las enseñanzas recibidas. La etapa primera de su peregrinación fue corta, en los alrededores de Túnez fijó su residencia en una aldea, de cuyo nombre, Shadzili, tomó el gentilicio de al-Shadzili con el que fue conocido Abu al-Hasan a partir de entonces. En esta pequeña aldea, creció la popularidad de este joven como un íntimo de Al-Lah y un sabio, debido a sus predicaciones y conferencias espirituales, pero también suscitó la enemistad de los alfaquíes. Estos últimos hicieron contra él, ante las autoridades políticas y religiosas, dos acusaciones: una, levantarse contra el Estado gobernante y otra predicar doctrinas que no respetaban la ortodoxia.

El juez supremo de Túnez, Abu al-Qāsim b. al-Baraa, empujado por la envidia contra Shadzili, le denunció al sultán Abu Zakariyya, acusándole de que pretendía ser jerife fatimí y que incitaba al pueblo contra él. Ante un tribunal de alfaquíes hubo de presentarse para responder a las cuestiones que le propusieron; pero él les impuso silencio con sus réplicas, llenas de saber y conocimientos místicos. El sultán que oyó el interrogatorio tras una cortina, dijo al juez que no veía en él culpa, sino conocimiento e intimidad divina. Pero ante la insistencia de las acusaciones del juez, Abu al-Hasan se vio obligado a dejar Túnez y partir hacia Egipto. Al enterarse el sultán de este hecho, dijo con gran enfado: “¿Qué se diría de nuestro país, cuando se sepa que un íntimo de Al-Lah ha vivido en él, pero le han hecho la vida imposible, hasta el punto de tener que salir huyendo?. Le pidió que volviese y le preguntó por el motivo de su marcha, Shadzili le contestó: “He salido sólo con el propósito de hacer la peregrinación, pero cuando la haya hecho, volveré, si Al-Lah quiere.” Y en efecto, volvió a Túnez, donde vivió durante algún tiempo, después de hacer la peregrinación y de haber sufrido, a su paso por Alejandría y El Cairo, nuevas persecuciones, movidas aún por el juez de Túnez, que envió al sultán de Egipto un documento contra él.




Cuando su popularidad se extendió por el Magreb, comenzaron a surgir de todos lados contra él las hostilidades y las envidias del sector ortodoxo, representado por los alfaquíes, acusándole de hereje y llegando hasta el punto de prohibir a sus discípulos asistir a su enseñanza.



En su segunda y definitiva marcha de Tunicia a Egipto, le acompañaron muchos de sus discípulos predilectos, entre ellos, el que había de ser su sucesor en la dirección de la escuela, Abu al-Abbas de Murcia, a quien debemos muchas de las anécdotas del maestro concernientes a su vida, doctrina y virtudes.



Cuando decidió marcharse a Egipto, escribieron sus enemigos al sultán varias cartas, en las que le decían: “Ahí os va un magrebí de los herejes, a quien hemos expulsado de nuestro país cuando hemos visto que corrompía la ley del Islam. Tened cuidado no os engañe con la dulzura de su lenguaje, pues es uno de los más incrédulos.” Así que llegó a Alejandría, conoció aquellas acusaciones, pero se limitó a decir: “¡Sólo Al-Lah me basta, que es el mejor en Quien confiar!” El pueblo de Alejandría extremó su hostilidad para con él, consiguiendo que el sultán decretase órdenes que permitían condenarle a muerte. Entonces al-Shadzili recurrió al sultán de Túnez para que le defendiese, y éste en efecto le envió un documento oficial en el que se refutaban todas las acusaciones de sus enemigos y se le colmaba de elogios y muestras de veneración y respeto. A su vez, el sultán de Egipto siguió el comportamiento de su homólogo tunecino, y le permitió el regreso a Alejandría, donde la gente dejó de perseguirle.



Abu al-Hasan se dedicó a la enseñanza, su gran conocimiento y elocuencia acabó por imponerse a sus adversarios, consiguiendo adherirse a las autoridades religiosas oficiales, junto a la admiración del pueblo. Es en Egipto donde alcanza el grado de Polo de su tiempo.



De las disertaciones que impartía en las distintas mezquitas y en las escuelas educativas (madaris), no escribió- que sepamos- ningún documento; sin embargo, el afán celoso de sus discípulos conservó por vía oral muchas sentencias espirituales que Abu al-Abbas de Murcia transmitió a Ibn Ata Al-Lah de Alejandría, el cual las recogió y comentó en sus libros.



Entregado a la enseñanza en Egipto transcurrieron sus últimos años. Durante una de sus anuales peregrinaciones a Meca al atravesar las montañas del Mar Rojo en el desierto de Aydab, le sobrevino la muerte, como él había predicho, al llegar a Humaicera, al sureste de Egipto en el año 1258.
A continuación, vamos a citar algunas de sus máximas:

- Aquel que me obedece en todas las cosas, abandonando todas las cosas, le obedezco en todas las cosas, a través de manifestarme por encima de todas las cosas, hasta que me vea más cerca de Él en todas las cosas.

- Aquel que ama a Al-Lah y ama sólo por Al-Lah se completa su intimidad divina, el amante verdadero es aquel que no hay poder por encima de su corazón más que su amor a su amado y no hay más voluntad que la suya.

- Al-Lah arrebata del corazón de su servidor el amor hacia todas las cosas, salvo hacia Él, pues, puedes ver al ego que se inclina a su obediencia, la mente está protegida por su conocimiento, el espíritu es arrebatado en Su presencia, el secreto es sumergido en su contemplación, y el servidor pide más y Al-Lah se lo aumenta, y le abre lo que es más dulce concerniente a la dulzura de dialogar íntimamente, de suerte que se viste con la vestimenta de la proximidad sobre la alfombra de la contigüidad, tocando las realidades vírgenes y las damas del saber, por eso dijeron: los íntimos de Al-Lah son novias- y los malhechores no ven a las novias. Le preguntó alguno: Conociste el amor. ¿Cómo es la bebida del amor (shrab al-hubb), la copa del amor (kas al-hubb)? ¿Quién es el escanciador (al-saqy)? ¿Qué es el gusto (dzawq), la bebida, la satisfacción de la sed (al-ray), la ebriedad (al-sukr) y el despertar (al-sahu)? Contestó:La bebida es la luz resplandeciente de la belleza del Amado, la copa es la benevolencia que lo lleva a las bocas de los corazones, el escanciador es aquel que es el encargado del Privilegio Superior entre los piadosos de Sus siervos, que es Al-Lah que conoce los destinos y los intereses de Sus queridos. Aquel al que se le revela esta belleza y consigue algo de su suerte, un respiro o dos, sigue con el velo y es el anhelante probador y aquel que le dura esto una hora o dos es el verdadero bebedor; aquel al que le ocurre este asunto de una manera sucesiva y le dura la bebida hasta que sus venas y sus articulaciones se llenan de las luces guardadas de Al-Lah, ha satisfecho su sed. Tal vez se ausenta de las realidades sensibles y las razonables, y no sabe lo que se dice ni lo que dice, esto es la ebriedad. Tal vez giran alrededor de ellos las copas y se alternan en ellos los estados y vuelven de nuevo al recuerdo y las obras piadosas, sin que estén ocultos de los atributos, a pesar de la sucesión de los destinos. Este es el momento de su despertar, la amplitud de su mirada y el aumento de su saber, ya que se guían con las estrellas del saber, la luna de la Unicidad en sus noches y con los soles del conocimiento se iluminan sus días:
“Ésos son los allegados de Al-Lah. ¿Acaso no son los partidarios de Al-Lah los triunfadores?” (Corán 58: 22).

- Dijo: Oí en la noche del destino (laylat al-qadr) al Profeta decir: Oh Ali, purifica tu vestido de las máculas, conseguirás el auxilio de Al-Lah en todo el nafs (ego).” Dije al profeta de Al-Lah: ¿A qué te refieres con mi vestido? Contestó: Que sepas que Al-Lah te ha otorgado cinco vestiduras: la vestidura del Amor (mahabba), la del Conocimiento (ma´rifa), la de la Unicidad (al-tawhid), la de la fe (al-iman) y la del Islam. Aquel que ama a Al-Lah le resultarán insignificantes todas las cosas; aquel que conoce Al-Lah le resultarán desdeñables todas las cosas; aquel que Le declara Único, no le tendrá ningún asociado; aquel que se abre a Al-Lah, estará seguro de todas las cosas; aquel que se entrega a Al-Lah, apenas hace falta recomendarle nada, incluso si Le desobedece Le pedirá perdón y si lo hace Al-Lah aceptará su petición. En este momento comprendí el significado de sus palabras “tu vestido purifícalo”.

- En una ocasión comentó: en uno de mis viajes me refugié en una gruta cerca de una ciudad musulmana, donde estuve tres días sin probar nada de comida. Después de estos días entró un grupo de romanos que tenían su barco anclado allí. Cuando me vieron, dijeron: un monje musulmán. Me dieron comida que duró muchos días. Me asombré: ¿cómo conseguí mi sustento a manos de los romanos y me fue denegado por los musulmanes? Escuché a Aquel que me decía, el ser humano no siempre es auxiliado por sus seres queridos, sino que a veces lo es por sus enemigos.



- Dijo:reconocer a un íntimo de Al-Lah (waly) es más difícil que conocer a Al-Lah, ya que Al-Lah es conocido por Su perfección y Su belleza, ¿y cómo puede saber una criatura como tú, que come como comes, y bebe como bebes?.




Mausoleo de Abu al-Hasan al-Shadzili, Humaicera (Egipto)



Maqam of Imam Abu al-Hasan as-Shadhili