Ibn Arabi Al Andalusi _ El interprete de los deseos
Mi corazón puede adoptar todas las formas
Mawlana Sidi Ahmed Ibn Mustafa Al Alawi Al Mostghanmi - Qaddasa Allahu Ruhahu Shaikh de la Tariqa (1869 - 1934)tasawf@gmail.com, IN REPUBLIC OF PANAMA
Antes de hoy, había | La-qad kuntu qabla l-yawmi |
لقد كنتُ قبلَ اليوم
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negado a mi compañero | unkiru ṣāḥibī |
أنكِرُ صاحبي
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cuando mi religión no era cercana a la suya. | iḏā lam yakun dīnī ilà dīni-hi dānī. |
إذا لم يكنْ ديني إلى دينِه داني
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Mi corazón se ha transformado en receptor de toda forma: | La-qad ṣāra qalbī qābilan kulla ṣūratin |
لقد صار قلبي قابلاً كلّ صورةٍ
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Prado para las gacelas, | fa-marʿan li-gizlānin |
فمرعى لغزلان
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monasterio para los monjes, | wa-dayrun li-ruhbāni |
وديرٌ لرهبان
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casa para los ídolos, | Wa-baytun li-awṯānin |
وبيتٌ لأوثان
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la Kaʿba para el peregrino que la circunvala, | wa-kaʿbatu ṭāʾifin |
وكعبةُ طائفٍ
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las Tablas de la Torah | wa-alwāḥu tawrātin |
وألواح توراة
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y copia escrita del Corán. | wa-muṣḥafu qurʾāni |
ومصحفُ قرآنِ
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Mi religión es la religión del amor; | Adīnu bi-dīni l-ḥubbi |
أدين بدين الحبِّ
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dondequiera que se dirijan las monturas del amor, | annā tawaŷŷahat rakāʾibu-hu |
أنّى توجّهــت ركائبه
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el amor es mi religión y mi fe. | fa-l-ḥubbu dīnī wa-īmānī |
فالحبُّ ديني وإيماني
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Maestro, realmente ¿qué es ser sufí? – preguntó el muchacho. Entonces el maestro le tomó de la mano y le llevó a un lugar donde decenas de criaturas padecían todo tipo de sufrimientos a causa de terribles enfermedades: hambre, vejez, las injusticias de los hombres, miseria etc., y, señalándolos a todos, con lágrimas en los ojos, contestó: - Cuando sientas el sufrimiento de todos estos seres como si fuera el tuyo propio podrás llamarte sufí – Pero el discípulo, muy contrariado, volvió a preguntarle: - Entonces ¿qué es la iluminación? – Hijo mío – contestó el maestro – La iluminación es el estado del alma por el cual rezas para que todos los seres puedan verse libres del sufrimiento, aunque tengas tú mismo que cargar con él por ellos – Temblando de la cabeza a los pies, el joven retrocedió balbuceando – Pero, maestro, ¿cómo podría alguien desear para sí tanto dolor? – Por Amor, hijo mío, solo por Amor. Y quien ha aprendido a amar de esta manera, alcanza la verdadera iluminación, porque en el camino del amor no hay rebajas -
ABU HAMID AL GHAZALI.-(1058/1111) Teólogo, filósofo, pensador y estudioso del Tasawuf).
Debéis saber, amados míos, que el hombre no fue creado en broma ni por casualidad, sino que fue maravillosamente hecho con un gran destino. Aunque no está hecho de materia perdurable, vive para siempre; y aunque su cuerpo es mezquino y terrenal, su espíritu es elevado y divino.
Cuando en el crisol de la abstinencia se le separa de las pasiones carnales, alcanza lo más alto, y en el lugar de ser esclavo de la lujuria y de la ira, queda investido de cualidades angelicales. Al alcanzar tal estado, encuentra su cielo en la contemplación de la belleza Eterna, y nunca más en las delicias de la carne.
La alquimia espiritual que provoca este cambio en él, como la que transmite los metales viles en oro, no es fácil de descubrir, ni se puede encontrar en la casa de cualquier anciana.
El erario de Dios, donde tal alquimia debe ser buscada, está formado por los corazones de los profetas, y aquel que la busque en otro lugar quedará defraudado y en bancarrota el día del Juicio, cuando siga las palabras:
-“Hemos retirado el velo que te cubría y hoy tu imagen es nítida “.
Dios ha enviado a la tierra ciento veinticuatro mil profetas para enseñar a los hombres la prescripción de esta alquimia y como purificar los corazones de sus cualidades más viles en el crisol de la abstinencia.
Esta alquimia se podría describir brevemente como un alejarse del mundo acercándose a Dios. El conocimiento de uno mismo es la clave del conocimiento de Dios, de acuerdo con el dicho:
-“Aquel que se conoce a sí mismo conoce a Dios”, y tal como está escrito en el Corán, “Les mostraremos nuestros signos en el mundo y en ellos mismos, para que la verdad les sea revelada”.(Qur´an 41:53)
Nada hay más cerca de ti que tú mismo, y si no te conoces a ti mismo ¿cómo puedes conocer ninguna otra cosa? Si dices:
- “Me conozco a mí mismo”, refiriéndote a tu aspecto exterior, a tu cuerpo, tú cara, tus miembros, etc., tal conocimiento nunca puede ser la clave para el conocimiento de Dios.
-¿Y cómo podrías avanzar por este camino, si tu conocimiento de lo que hay dentro de ti no alcanza más allá que el saber que cuando tienes hambre, comes, y cuando te sientes iracundo, atacas a alguien? Pues en esto las bestias son iguales que tú. Pero el auténtico conocimiento de uno mismo consiste en saber.
- Qué eres tú en ti mismo y de dónde vienes; hacia dónde vas y con qué objeto has venido a detenerte aquí un momento, y en qué consisten tu auténtica felicidad y tu auténtica miseria.
Algunos de tus atributos son los mismos de los animales, otros, de los diablos, y algunos, de los ángeles, y tienes que investigar cuales de estos atributos son accidentales y cuales son esenciales. Hasta que no sepas esto no podrás saber donde radica tu auténtica felicidad.
Es propio de los intelectuales débiles tomar a los hombres como criterio de verdad y no la verdad como criterio de los hombres. El hombre inteligente sigue a Ali, esté Dios satisfecho de él, cuando dice:
- No conozcáis la verdad por los hombres, más bien conoced la verdad, y entonces sabréis quiénes son verídicos.
El hombre inteligente conoce la verdad; luego examina cada aserto en particular, y si es verdadero, lo acepta, al margen de que lo manifieste un hombre veraz o no... Porque sabe que el oro se halla en la arena mezclado con la escoria.
La cuestión del conocimiento divino es tan profunda que en realidad solo la conocen aquéllos que la poseen. Un niño no tiene verdadero conocimiento de los logros de un adulto.
Un adulto corriente no puede comprender los logros de un hombre ilustrado. Del mismo modo, un hombre ilustrado no puede comprender las experiencias de los creyentes iluminados.
Has de saber que el Islam tiene dos momentos. El primero consiste en abandonar las malas costumbres, y el segundo adoptar las buenas cualidades. El primer paso es el más difícil pues exige de un gran esfuerzo en la lucha contra la rutina.
El Profeta Muhammad (saw) dijo:
-“Emigrante (muhayir) es el que abandona el mal y combatiente (muhayid) es el que lucha contra su propia arbitrariedad.
El hombre busca su perfección espiritual mediante el sentimiento religioso, que procede del conocimiento y se manifiesta en las acciones justas. Si no hay frutos, el conocimiento no es el adecuado... Que Dios nos guíe...